domingo, 31 de mayo de 2015

Cuando el éxito es por engaño

Pareciera que fue ayer cuando pasaba la vida preocupado por aprobar materias en busca de un título universitario. En aquellas épocas los alumnos de ingeniería nos las arreglábamos para realizar los exámenes en equipo (cuando obviamente eran individuales) y facilitar un poco el camino a la aprobación. Recuerdo que los más aplicados no compartían sus respuestas a los más relajados (por no decir burros), posiblemente sentían coraje por haber pasado más horas estudiando y preparando la prueba mientras los demás pasaban despreocupados con esperanzas de encontrar a alguien que les diera una ayudadita en el examen.
Hoy en día encuentro muchas similitudes entre el running y la universidad, los corredores pasamos meses preparando una prueba y no esperamos un milagro el día de la competencia, nos disciplinamos y sacrificamos con la mente puesta en ésa carrera. En la universidad si no estudiabas y no te preparabas lo más probable era que reprobaras, posiblemente si encontrabas un buen lugar junto a la persona correcta tus posibilidades de éxito aumentaban, pero a final de cuentas ése éxito o aprobación sería un engaño.



Cuando preparas una competencia y sigues al pie de la letra un plan de entrenamiento tus posibilidades de éxito son muy altas, a menos que factores externos como lesiones, malestares o factores de clima afectaran tu rendimiento, pero es poco probable que suceda. Pero ¿Qué pasa cuando un corredor no llega bien preparado a una competencia? Sus probabilidades de éxito son casi nulas, o el sufrimiento para alcanzarlo será muy alto a diferencia del atleta preparado, sólo aquellos de mente fuerte podrán sobreponerse a un esfuerzo sobrehumano para completar una prueba de atletismo cuando no se va con una sólida preparación, al menos eso creemos o nos hacen creer. 



En el running a diferencia de la universidad, es muy sencillo engañar a todos, tan fácil como desviarse unos metros de la ruta para recortar el camino, tan fácil como no arrancar con el grupo y esperarlos varios kilómetros adelante, tan fácil como tomarse un taxi y bajar cerca de la meta, tan fácil como quedarse sentado en un circuito y desaparecer por varias vueltas, tan fácil como ingerir sustancias prohibidas, tan fácil y tan simple como no hacer las cosas y presumir que las hiciste. He visto y escuchado muchos casos como los que comento, hoy siento el mismo coraje que sentían mis compañeros de universidad que se mataban estudiando pero también me rio de su necesidad de presumir logros falsos, de la baja autoestima para inventar éxitos y de no tener los pantalones para decir “¡No pude!”. Admiro mucho a las personas que no logran completar un objetivo y vuelven al año siguiente en busca de conquistarlo, admiro también a los que dan todo su esfuerzo y son los últimos en cruzar la línea de meta sin importar el tiempo, los que se medio-matan por alcanzar sus objetivos y no aquellos que nos intentan engañar presumiendo sus logros, a final de cuentas se engañan ellos mismos y tarde o temprano quedarán exhibidos ante sus mentiras.



Bien decían en la universidad que “Es una carrera, no carreritas” y el objetivo es lograr terminar, siempre y cuando te esfuerces por hacerlo lo mejor posible.
En la universidad se les facilita el estudio a los más inteligentes, en el running se les facilita corren a unos cuantos que por naturaleza lo tienen en su ADN, cada persona es diferente en lo físico y genético, y todos los que se entrenen fuerte lograrán cumplir sus metas sin importar sus características, a fin de cuenta los que se esfuercen estaremos graduados y seremos llamados Ingeniero, Licenciado… o Maratonista.

Ahora entenderán por qué a los corredores nos dio tanto coraje ver en el 2007 a Roberto Madrazo finalizar el maratón de Berlín en 2:40:00h, recortando 15km la ruta de 42km y llegar a meta festejando como un logro que a final de cuentas fue un engaño.


domingo, 24 de mayo de 2015

Disciplina = Éxito

En todos los deportes, en todas las áreas y en todas las actividades, la disciplina es sinónimo de éxito. Habrá quien tiene mayores aptitudes para desarrollar alguna actividad, pero quien tiene disciplina sin duda logrará el éxito sin importar las ganas y entusiasmo que se tenga, ser disciplinado y constante dará resultados favorables.

Hay quienes se justifica diciendo que el tiempo no les alcanza para prepararse, para entrenar, o no tiene tiempo libre como el que tienen “todos” los corredores. Otros mencionan que la semana laboral los dejó exhaustos y sin energías para entrenarse. El tiempo y los espacios los buscas tú, la fuerza de voluntad de cada persona es el comienzo para encontrar la constancia lo cual se traduce en disciplina.



Cuando no eres profesional y no dedicas el 100% de tu día al ejercicio, tus prioridades son otras, un profesional vive del deporte, es su trabajo y se mata alrededor de 22hrs semanales entrenando. Nosotros “los mortales”, los que trabajamos al menos 8hrs diarias, los que no vivimos de esto, buscamos los momentos del día en que podamos encontrar minutos u horas de entrenamiento, si no me creen, estos son algunos ejemplos de personas reales y con vidas normales.
· El día para muchos comienza alrededor de las 7am, para Adrián a las 4:00am, todos los días llega a la pista del Sope en Chapultepec a las 4:30am para correr entre 7 y 11km, sale a más tardar a las 6:00am para bañarse y llegar a su trabajo antes de las 7:00am.
· Jorge es un triatleta profesional pero que trabaja, labora para una empresa Canadiense, su horario es de 6:00am a 3:00pm, a las 4:00 llega al gimnasio para salir hasta las 7:00pm, va a casa, convive con su familia y a las 9:30pm está en la cama. Además es entrenador de alrededor de 50 personas, los fines de semana dedica al menos 8hrs a su entrenamiento y además prepara las rutinas de sus pupilos.
· Luis es un Contador que trabaja por los rumbos de Chapultepec, en su empresa le dan 2hrs de comida, cada día aprovecha una de ésas horas para salir a correr, deja sólo 40min para la comida, cuando termina se asea con toallas húmedas y regresa a la oficina mientras que los demás comen en 1hr y pasan otra platicando.
· En lo personal mi horario es aleatorio, viajo con frecuencia y paso al menos 2 días fuera de mi oficina. Mi rutina arranca a las 5:30am, llego al gimnasio a las 6am y entreno hasta las 8 u 8:30am, a las 9 llego a la oficina y salgo entre 7 y 8:00pm. A mis viajes siempre llevo mi ropa de correr, utilizo aplicaciones para ver en que lugares salen a correr gente de la zona dependiendo la ciudad en que me encuentre, doy clases un día a la semana por las noches, escribo para un periódico, soy voluntario en 2 asociaciones y colaboro para una empresa de ropa deportiva.




Algún día me dijo mi padre que en la vida no puedes tenerlo y hacerlo todo, debes enlistar tus prioridades y cumplir con tus responsabilidades, el deporte es una prioridad secundaria, en mi caso primero la familia y el trabajo, pero el deporte se encuentra muy por encima de otras actividades que me permiten ser disciplinado, piensa en tus tiempos muertos, en las actividades no tan importantes que haces y te aseguro que encontrarás los momentos necesarios para salir a correr, nadar, pedalear o hacer lo que más te guste. Todo se resume en la actitud y disciplina que tengas, si lo haces encontrarás el éxito.


domingo, 17 de mayo de 2015

La recompensa al esfuerzo

La recompensa al esfuerzo y sacrificio se logra cuando alcanzamos una meta, no importa si es en tu trabajo, familia o deporte, todo esfuerzo tiene una recompensa y lograrlo alimenta el alma para seguir luchando por más metas sabiendo que fue posible.
Los deportista sacrificamos mucho para alcanzar metas, dejamos de lado fiestas, horas de sueño y hasta momentos importantes de nuestras vidas para dar paso a nuestros entrenamientos.
Nuestro estilo de vida es incomprensible para las personas que llevan una vida normal, una vida tradicional de levantarse, bañarse, ir al trabajo, volver a casa, convivir con la familia y regresar a la cama. La vida de un atleta ya sea elite o amateur es el reflejo (a diferentes escalas y en diferentes contextos) de los sacrificios que se hacen para saborear las mieles del éxito, pero para lograrlo se debe ser disciplinado y constante, no hay recompensa al esfuerzo que no venga acompañado de estas variables, y es que levantarse todos los días antes de que el sol brille e ilumine nuestro camino, o salir de la cama los fines de semana cuando los antros aún sirven tragos a los fiesteros empedernidos, o cambiar unos tacos por una comida balanceada y nutritiva (por mencionar algunos ejemplos), no son decisiones sencillas de tomar, y es que ¿Cuántos de ustedes no preferirían despertar un domingo tarde a desayunar unos chilaquiles o una barbocoa en lugar de comenzar la jornada exprimiendo las energías que tiene tu cuerpo?. Nadie dijo que sería fácil, el camino al éxito no se logra con el simple deseo de alcanzarlo, se logra partiéndote el alma en los entrenamientos que es el verdadero lugar donde se ganan las medallas, a las competencias se pasa a recogerlas.



Todo sacrificio tiene su recompensa, en lo personal les aseguro que tantas horas de esfuerzo, tantas horas de sueño sacrificadas, tantos y tantos momentos perdidos, por ningún motivo, bajo ninguna circunstancia, los cambiaría por esos pocos segundos de felicidad y éxtasis que se ganan al alcanzar una meta deportiva. Dicen que a lo largo de la vida una persona promedio experimenta menos de 30min acumulados de verdadera felicidad, lo único que intento es regalarle a mi vida más minutos de felicidad que las de una persona promedio a través del esfuerzo.



El anecdotario

Son selectos los momentos de nuestras vidas que recordamos con singular alegría, momentos especiales que guardamos con especial cariño y que cuando los volvemos a recordar sentimos una chispa de felicidad que se refleja en nuestros rostros, es ahí y es por eso que recordar es vivir. Esos momentos tan especiales pueden ser el nacimiento de un hijo, terminar la Universidad, la entrega de un anillo o finalizar un maratón.
Aquel día, aquella fría mañana en que me coloqué junto a 44,999 corredores más en la Isla de Staten Island NY mirando hacia el puente Verrazano, fue un momento que mi mente guarda en un lugar especial, escuchar el disparo de salida y de fondo a Frank Sinatra cantar “New York, New York”  fueron el inicio de uno de los momentos mas felices que he experimentado en mi vida. Tras 4:18:30 horas de correr constantemente, de escuchar gritar a mi cuerpo que detuviera el paso al sentir no poder correr más, de no soportar las plantas de los pies, se asomó a lo lejos dentro de Central Park un arco de meta Naranja y Azul que indicaba el final de un maratón, en esos momentos mis ojos reventaron y derramaron lágrimas de felicidad, una recompensa de meses de trabajo que sólo aquellos que han finalizado los 42,195 metros corriendo lo entenderían.